Se puede decir que desde siempre, he sido una persona muy creativa y aficionada a las actividades manuales.
Desde muy pequeña aprendí a manejar el lápiz y las tijeras y aunque siempre se me ha dificultado dibujar, con el paso del tiempo he logrado mejorarlo en gran medida.
Tenía casi 8 años cuándo mi profesora de cuarto grado nos enseñó a bordar con tambores, esa técnica me gustó mucho pero con el tiempo dejé de practicarla.
Casi a los 9 años aprendí a hacer dibujos con esmaltes en las uñas, y es algo paradójico porque normalmente las cosas que soy capaz de hacer en una uñas se me hace casi imposible hacerlas en un papel con un lápiz o un color. Luego al relacionarme con una de mis vecinas me dí cuenta que ella tejía muy bien y me causó curiosidad, por lo que le pedí que por favor me enseñara y así con el paso de los días lo fui volviendo una rutina y al poco tiempo ya se me había vuelto una pasión.
Luego salió una moda de decorar la ropa con retazos de tela, abalorios y figuritas de plástico o cuantas cosas las personas quiesieran agregarle, eso también fue algo que despertó mi curiosidad y me dí a la tarea de aprender, y fue así, lo logré. También aprendí a decorar sandalias, correas y turbantes.
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